Unas frases para ti, las pediste y esto es lo que recuerdo:
Que amable caballero
de bota y sombrero.
Que fino su acento.
Que alto su talento.
Noble y tierna su sonrisa.
Firme y fuerte su postura.
Las palabras, su encanto.
Mi admiración, de su conocimiento.
Todo fue tan rápido que comncé a extrañarlo de inmediato.
Pero mi orgullo pudo más y mi mente se enfrió.
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